Vivió 110 días en un aeropuerto por culpa de la crisis del coronavirus

Vivió 110 días en un aeropuerto por culpa de la crisis del coronavirus

Roman Tromifov cerca de cuatro meses en el aeropuerto de Filipinas varado tras el cierre de fronteras ante la pandemia de coronavirus. 

Se trata de un hombre de Estonia que se encontraba de vacaciones en marzo y fue víctima de las restricciones impuestas en el espacio aéreo local. 

Había pasado unos días Tailandia y su siguiente parada era Filipinas. El pasado 20 de marzo llegó al aeropuerto de Manila, pero no pudo llegar a pasar por inmigración; la casualidad quiso que las autoridades portuarias dejaran de emitir visados para poder entrar en Filipinas, y Tromifov se quedó en tierra, y sin poder entrar o salir del país.

Vivió una remake de la película La Terminal (2004), de Steven Spielberg, donde su protagonista quedó atrapado en el aeropuerto. En la película teníamos a Viktor (Tom Hanks), un hombre de Europa del este que se quedaba atrapado en el aeropuerto de Nueva York, y sobrevivía como podía en el interior del hall de espera. Lo mismo le pasó a Tromifov, que tuvo que dormir en el suelo del aeropuertocomer en los restaurantes que allí había y bañarse en los baños públicos de la terminal.

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El pasajero comenzó a compartir su situación a los medios de su país y quién pudiera escucharlo. “He estado aquí más de 100 días. Necesito ayuda para salir de aquí”, decía a los medios durante su peculiar confinamiento, “La aerolínea dice que necesito esperar a que levanten la cuarentena para tener permiso para volar, y he estado esperando aquí desde entonces. Soy una persona con discapacidad, mi salud está empeorando por la mala nutrición, la falta de sol y aire fresco. No tengo otra opción más que pedir ayuda públicamente”.

Tras su pedido de ayuda desesperada y a la embajada en el país;el hombre pudo volver a su casa el pasado 7 de julio. Según informa el medio estoniano ERF, Trofimov pudo regresar portando lo que se denomina “pasaporte gris”, que se utiliza para aquellos pasajeros con nacionalidad estoniana, pero que no pueden conseguir un pasaporte (lo que se conoce como ‘salvoconducto’ en otros países).